¿Cómo reducir las ausencias a las pruebas de imagen diagnóstica? Un camino para mejorar la eficiencia del SNS

La Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) puso en manifiesto que se realizan más de 40 millones de pruebas de imagen al año en nuestro país para detectar o realizar seguimiento a muchas patologías. De las cuales, más del 45% son radiografías, mientras que el 18% son tomografía computarizada (TC o TAC), 18% ecografías, 9% resonancias magnéticas (RM), 5% mamografías y el 5% otras pruebas de imagen médica.

La ausencia de los usuarios a las citas programadas es uno de los desafíos actuales del Servicio Nacional de Salud (SNS).  El sistema registra, cada año, miles de ausencias a las citas médicas, lo que representa importantes consecuencias para las unidades de salud desde el punto de vista financiero. sino también logística. Los servicios de Radiodiagnóstico son actualmente una de las áreas clínicas destacadas en relación a esta problemática.

Las pruebas como radiografías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas brindan a los profesionales de la salud información valiosa sobre los pacientes. Se trata de pruebas fundamentales para evaluar la salud de las personas y muchas veces sirven de base para justificar determinados tratamientos o terapias.

Esta evolución del gasto pone de relieve la necesidad de optimizar el uso de los recursos del SNS para proporcionar un servicio sanitario más eficiente y sostenible. Un enfoque eficaz para lograr este objetivo es reducir las pruebas de radiología perdidas, lo que no solo ahorra recursos económicos, sino que también permite realizar un mayor número de pruebas, beneficiando así a un mayor número de usuarios y aumentando la capacidad de respuesta en función de las necesidades. de la población.

 

La ausencia del usuario tiene consecuencias económicas y logísticas.

Faltar a una prueba médica de radiología en el SNS tiene varias consecuencias económicas para el sistema. El SNS, como entidad pública, enfrenta constantes desafíos para optimizar sus recursos, asegurando la prestación de servicios de salud eficientes y accesibles a toda la población. Cuando un usuario falta a una prueba de radiología sin previo aviso, esto puede suponer un importante desperdicio de recursos.

Los equipos de radiología, como las máquinas de rayos X y los escáneres de tomografía computarizada, son costosos de adquirir y mantener. Además, el tiempo de los profesionales sanitarios, como los técnicos en radiología y los radiólogos, es valioso y limitado.

No utilizar estos recursos programados para una prueba desperdicia una inversión financiera, pero también la capacidad de atender a otros usuarios que pueden necesitar estos mismos servicios y que tendrán que esperar más.

Desde una perspectiva de salud individual, faltar a una prueba de radiología puede provocar retrasos en el diagnóstico y tratamiento de afecciones médicas. La radiología juega un papel fundamental en el diagnóstico precoz de diversas enfermedades y la falta de realización de una prueba puede comprometer la eficacia del plan de atención médica. En algunos casos, la falta de asistencia puede derivar en complicaciones de salud que requerirán intervenciones más costosas en el futuro.

Además, es importante comprender que la ausencia del usuario a la prueba de radiología puede aumentar como una bola de nieve:

1. El resultado de la prueba que se perdió el usuario podría ser importante para la próxima cita con el especialista, que ya ha sido programada.
2. Sin los resultados, el usuario también tendrá que faltar a la cita programada, generando consecuencias en los servicios y en la agenda del equipo médico.

Una vez más, el SNS se ve expuesto a una situación que compromete la eficiencia de los servicios.

 

La dificultad en la comunicación es parte del problema, pero hay solución

Para evitar estas y otras consecuencias, es fundamental que las personas se comuniquen con antelación si no pueden asistir a una prueba de radiología programada. De esta forma, darán la oportunidad al Hospital de reorganizar la agenda, ofreciendo la plaza a otros pacientes y evitando desperdiciar recursos. La comunicación proactiva y la responsabilidad por parte de los usuarios son fundamentales para optimizar el uso de estos recursos y garantizar una atención médica eficaz y accesible para todos.

Sin embargo, en muchos casos los usuarios se enfrentan a dificultades para cancelar citas en el Hospital debido a fallos en la comunicación. Muchos de estos, a pesar de intentar cancelar, terminan desistiendo por falta de respuesta. Esto sucede porque los servicios hospitalarios no pueden garantizar una respuesta oportuna al elevado número de llamadas telefónicas y solicitudes de contacto.

En este sentido, quien quiera posponer una prueba tiene que recurrir a otros medios de comunicación, como el correo electrónico -que puede no garantizar una respuesta oportuna- o en persona. En última instancia, y sin respuesta alguna, es posible que el usuario tenga que faltar a la prueba sin cancelarlo nunca. Todo esto consume tiempo y recursos innecesarios para el Hospital

 

Aurora teleq

Una de las soluciones utilizadas actualmente en varios países europeos es Aurora teleQ, una solución innovadora que facilita el trabajo de los administrativos y permite una mejor relación entre los hospitales y sus pacientes. De esta manera, es posible contactar a las unidades hospitalarias y saber de inmediato cuándo los servicios administrativos devolverán la llamada.

Con esta tecnología, siempre que sea necesario llamar a los servicios del hospital, los usuarios sabrán cuándo la secretaria les devolverá la llamada. Esto permite que las personas tengan un mayor control sobre su rutina y garantiza que nadie se quede sin una respuesta. Cancelar pruebas  de radiología nunca ha sido tan fácil.

Aurora teleQ no requiere la instalación de ningún programa informático y está demostrado que mejora el viaje del paciente y aumenta la productividad de los servicios hospitalarios. Sin brechas de comunicación, esta solución permitirá a las unidades de salud maximizar sus recursos a través de una programación más precisa y rigurosa, siempre teniendo en cuenta la disponibilidad de las personas y sin necesidad de dejar vacantes de pruebas sin cubrir.